Hotel situado en el regazo de los montes que circundan la Villa marinera de Getaria y a resguardo de los vientos que mecen los viñedos de cuyas parras puntualmente y, año tras año, transformarán su savia en transparente y chispeante Txakoli.
Emplazado en el lugar donde la 'cadena' o 'arbitrio', años atrás, era el punto y lugar de control arancelario de mercancías de la Provincia, según las leyes del Fuero.
Rodeado de caseríos y sus gentes, cuyas raíces se hunden en lo más profundo, en el mar de la historia de este Pueblo. Entorno del que partieron un día navegantes como Juan Sebastián de Elcano y descubridores de la talla de Domingo de Bonechea descubridor de Tahití.